“Sucede que me pasa al revés, que cada vez que encuentro una palabra surgen mil y una imágenes.”
Las rutinas de mi vida son variadas y en lo tedioso de ello se encuentra también mi resistencia al cambio.
Todas las mañanas no es un continuar, ni un quiebre rotundo, todos los días por la mañana es nacer de vuelta. Es una crisis total, es redescubrir que soy el mismo comenzando de vuelta. Una crisis en la que siempre estas vos y la calle te trae hasta mi enredada con mi locura en lo imposible de no buscarte y cuando no puedo enfrentarte no queda más que cerrar los ojos, o encerrarme en mi mismo.
Siempre te busco, te confundo con rubias, con morochas, con castañas, con pelos lacios y enrulados, con sacos de lana, con escotes agrandados, te confundo con gordas, con mujeres con flequillos, es que el tiempo quizás te ha cambiado…
Y mil veces te dudo en el mundo, me reto al hallazgo y miro las paradas de los colectivos, las esquinas donde debes pasar todos los días, miro los negocios donde comprabas cuando estabas conmigo, tu puerta, tus ventanas, y siempre calculando de poder encontrarte. Y de encontrarte pegaría los gritos de te amo y correría hasta tu lado, como un niño te taparía los ojos con mis manos y te estremecería con un verdadero “¿quién soy?” que te enmudece en los sueños e imágenes de mi mente. Mi mente te piensa y a esta altura quizás no vivas ahí, quizás no estés, o te fuiste de vacaciones, quizás hayas muerto y yo no lo sé, y tampoco sería la solución a seguirte buscando, porque sé que todavía puede ser mucho más cruel.
Pero si la ciudad me lastima con tu recuerdo, algo cambio desde hace un tiempo y es que ya ni la ciudad te contiene, es que ahora te encuentro en todo y vives en todo, es que ahora tu simbolizas mi mundo y te has metido en la naturaleza, te has metido en la vida y en las formas, y te veo en las nubes y en los arboles, te veo en los reflejos del rio, en los charcos, en las olas del mar, te encuentro en el cielo y hasta el aire a veces parece tener tu olor, te formo en las hojas y en las plantas y todavía puede ser peor.
Ahora que te encuentro por todos lados y sé que puedo ser vulnerable a buscarte comprendo que tan jugado estoy. Ahora que sé que no podré escaparme de vos por más que corra o me aleje, ahora que sé que podría llegar a saltar al vacío cuando creo que me saludas desde la oscuridad del abismo es que temo que podría llegar a intentar buscarte.
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